Que la luz del amor eterno de Gabriel Barrientos Pesce ilumine nuestros corazones con coraje para afrontar los desafíos, resiliencia para superar los obstáculos, gratitud por los momentos compartidos y paz para aceptar lo que no podemos cambiar. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con valentía, a valorar cada instante con amor y a nutrir la esperanza en cada amanecer. Recordemos que en la oscuridad más profunda también florecen las semillas de la esperanza, trayendo consigo la promesa de días más brillantes y plenos de significado.
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10 de enero de 2020