En el legado de Gabriela Jiménez Ormeño perdura un faro de amor eterno que ilumina nuestros corazones, infundiendo coraje y resiliencia ante la adversidad. En su memoria, cultivemos la gratitud por los dones de la vida y abracemos la paz que nos susurra desde lo más profundo del alma. Que su luz nos guíe en el sendero de la esperanza, recordándonos que cada paso dado con amor es un tributo a su valentía. Sigamos adelante con fe, sabiendo que su espíritu perdura en cada latido, llenándonos de fuerza para afrontar cualquier desafío.
Publicado en el archivo
4 de abril de 2024