Que la luz del amor eterno de Germán Eduardo Vargas Mahuzier ilumine nuestros corazones con coraje para afrontar los desafíos, con resiliencia para superar los obstáculos y con gratitud por cada instante vivido juntos. Que su legado de paz nos inspire a abrazar la vida con esperanza, recordando que cada nuevo amanecer nos regala la oportunidad de amar, crecer y trascender. Más allá de la ausencia física, su espíritu perdura en cada sonrisa, en cada gesto de bondad y en cada rayo de sol que acaricia nuestra piel. ¡Que su memoria sea un faro de luz y guía en nuestro caminar!
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28 de abril de 2020