Que la luz del amor que Gonzalo Menéndez Duque irradiaba siga iluminando nuestros corazones, infundiendo coraje en los momentos difíciles y fortaleciendo nuestra resiliencia. Que recordemos con gratitud su ejemplo de bondad y generosidad, y encontremos paz en los recuerdos compartidos. Aprendamos de su valentía para afrontar los desafíos con esperanza y optimismo, sabiendo que el amor perdura más allá de las despedidas. Que su memoria sea un faro de inspiración, recordándonos que el amor es eterno y que la esperanza es la semilla que florece en los corazones que creen.
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30 de junio de 2019