Que la luz del amor que Guillermina García Díaz sembró en el mundo siga brillando en cada corazón, recordándonos la importancia de vivir con coraje y gratitud. Su legado de resiliencia nos inspira a abrazar la vida con esperanza y paz, sabiendo que cada día es una oportunidad para cultivar bondad y compasión. Sigamos adelante con valentía, forjando un camino lleno de amor y solidaridad, honrando su memoria con cada acto de generosidad y amabilidad. En cada sonrisa y gesto amable, vivirá su espíritu, guiándonos hacia un mañana lleno de luz y esperanza.
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8 de mayo de 2020