Que la memoria de Hans Kychenthal Hecht sea un faro de amor eterno, un recordatorio de coraje en tiempos de adversidad y un símbolo de resiliencia frente a la tormenta. Que su legado nos inspire a abrazar la gratitud por cada nuevo amanecer y a cultivar la paz en nuestros corazones. Recordemos que, a través de la oscuridad, siempre brilla una luz de esperanza que nos guía hacia un futuro lleno de posibilidades. Sigamos adelante con valentía, con la certeza de que el amor y la esperanza son fuerzas poderosas que nos acompañarán en cada paso del camino.
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11 de enero de 2020