En la eternidad del amor y la bondad de Heriberto del Carmen Gárate Gómez, hallamos el regalo de su serenidad que perdura en cada suspiro de esperanza. Sigamos su legado con humildad y gratitud, abrazando con amor cada día como una bendición única. Que su luz guíe nuestros pasos, recordándonos que en la sencillez de los actos cotidianos encontramos la verdadera grandeza del alma. En cada encuentro, en cada sonrisa, en cada gesto de generosidad, Heriberto vive en nosotros, recordándonos que el amor es eterno y la esperanza nunca se desvanece.
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11 de mayo de 2019