Que la luz del amor que Hernán Daroch Luci compartió con el mundo siga brillando en cada corazón, recordándonos que la serenidad y la humildad son la llama que nunca se apaga. En cada amanecer, en cada suspiro, en cada paso de nuestra existencia, permitamos que la esperanza nos guíe hacia horizontes donde el amor florezca y la paz prevalezca. Que cada lágrima sea transformada en un pétalo de fortaleza, y cada recuerdo sea un abrazo cálido en el alma. Sigamos adelante con valentía, sabiendo que su legado perdura en el universo del amor eterno.
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21 de mayo de 2019