Que la luz del amor que Hernán Riadi Abusleme sembró en su camino ilumine nuestros corazones, recordándonos que en la adversidad también germinan semillas de coraje y resiliencia. Que la gratitud por los momentos compartidos nos guíe en la oscuridad, recordándonos que cada encuentro fue un regalo. Que la paz que anhelaba sea ahora su eterno abrazo, inspirándonos a seguir adelante con esperanza, sabiendo que en cada amanecer hay un nuevo comienzo lleno de posibilidades. Que su memoria sea un faro de esperanza que nos guíe en cada paso del camino.
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29 de octubre de 2019