En memoria de Irene Heran Zak, que su amor nos inspire a abrazar cada día con gratitud, afrontar desafíos con coraje y encontrar paz en la resiliencia del corazón. Que su legado nos recuerde que cada amanecer es una oportunidad para sembrar semillas de esperanza y cultivar flores de bondad. En cada lágrima, busquemos fortaleza; en cada sonrisa, regocijo. Que en el silencio encontremos consuelo y en la alegría, motivación. Que el amor que compartimos con Irene florezca en nuestros actos, extendiéndose como un cálido abrazo a los corazones que lo necesitan.
Publicado en el archivo
7 de enero de 2024