En el legado de Iris Otaíza Molina de Sepúlveda se encuentran las semillas de amor y gratitud que germinan en nuestros corazones, recordándonos la importancia de abrazar la vida con coraje y resiliencia. Que su luz continúe guiándonos en los momentos de oscuridad, infundiendo paz en nuestras almas y esperanza en nuestro camino. Que su memoria sea un faro de amor inquebrantable que nos inspire a cultivar la bondad en cada paso, recordándonos que en la unión de nuestros corazones encontramos la fuerza para seguir adelante, con gratitud por cada nuevo amanecer.
Publicado en el archivo
14 de junio de 2019