En el legado de Jaime Etchegaray Guzmán perdura un susurro de amor eterno y coraje inquebrantable, que nos invita a abrazar la resiliencia con gratitud y serenidad. Que su luz nos guíe en tiempos de incertidumbre, recordándonos que en cada anochecer se esconde la promesa de un nuevo amanecer repleto de posibilidades. Que en su memoria encontremos fuerza para transitar nuestro camino con valentía y esperanza, confiando en que cada paso dado nos acerca un poco más a la paz interior que anhelamos. ¡Sigamos adelante, juntos, con amor en el corazón y esperanza en el horizonte!
Publicado en el archivo
14 de noviembre de 2019