Que la luz del amor que Jaime Pozo Merino compartió ilumine nuestros corazones, recordándonos el valor del coraje y la resiliencia en tiempos difíciles. A través de la gratitud por los momentos compartidos, encontramos paz en el legado de bondad que dejó. Sigamos adelante con la esperanza como guía, abrazando cada día con una mezcla de valentía y amor. En cada paso que damos, en cada palabra que pronunciamos, honramos su memoria y su espíritu generoso. Que su luz brille en nosotros, recordándonos que el amor y la esperanza siempre prevalecen.
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3 de febrero de 2020