En el jardín de la vida, las raíces del amor y la esperanza de Jaime Urrejola Martínez perviven, recordándonos que en cada pétalo hay un nuevo amanecer. Que su legado florezca en nuestros corazones, inspirando humildad, serenidad y gratitud por cada instante vivido. Unidos en la certeza de que, como las estrellas en la noche, su luz seguirá guiándonos en la oscuridad. Que cada paso sea una danza de amor y cada suspiro una melodía de esperanza. En su honor, abracemos la vida con valentía y dejemos que la eternidad nos acune con su dulce consuelo.
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25 de mayo de 2019