Que la luz del amor que Jesús Narendro Estay Contreras compartió continúe iluminando nuestros caminos, infundiendo coraje en nuestros corazones y fortaleciendo nuestra resiliencia. Cada paso que demos, recordemos su ejemplo de gratitud y su legado de paz interior. En su memoria, abracemos cada día con esperanza y aceptemos con humildad los desafíos que se presenten. Confiemos en que en cada amanecer hay una oportunidad para crecer, para sanar y para amar. Sigamos adelante con valentía, sabiendo que su espíritu perdura y nos guía en cada paso que damos.
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8 de marzo de 2020