Que la huella de luz que dejó Jorge Aro Peigneguy ilumine nuestros caminos con amor incondicional, infunda coraje en nuestros corazones para enfrentar desafíos, y nos inspire a ser resilientes ante la adversidad. Que podamos cultivar la gratitud por los momentos compartidos, por las lecciones aprendidas y por el amor que sigue vibrando en nuestro ser. Que en la calma de la noche encontremos paz en nuestros pensamientos y fortaleza en nuestro espíritu, recordando siempre que el amor perdura más allá de la distancia y que la esperanza florece en cada amanecer.
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3 de enero de 2024