En la senda de la vida, recordemos a Jorge Ruiz-Tagle Ureta con gratitud por su nobleza y coraje, y dejemos que su legado nos inspire a abrazar cada día con amor y resiliencia. Que su luz nos guíe en momentos oscuros, recordándonos que la paz interior es un regalo precioso que podemos cultivar en nuestro corazón. Mantengamos viva su memoria, celebrando la belleza de la existencia y la fuerza de la esperanza, sabiendo que en cada amanecer encontramos la oportunidad de renovar nuestro compromiso con la vida y con el amor incondicional.
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29 de enero de 2020