En el jardín de la memoria de José Finkelstein Mesch florecen las semillas de la humildad, regadas con lágrimas de serenidad y amor eterno. Que su legado sea la luz que guíe nuestros pasos, recordándonos que en cada desafío hay una oportunidad para crecer, en cada pérdida una lección de fortaleza y en cada amanecer la promesa de un nuevo comienzo. Que su espíritu generoso nos enseñe a abrazar la vida con gratitud y a cultivar la esperanza con la certeza de que, en cada corazón que toquemos, su memoria perdurará en cada acto de bondad y compasión.
Publicado en el archivo
11 de mayo de 2019