En el legado de José Larraín Villamil encontramos un recordatorio de amor inquebrantable, una fuente de coraje infinito y un ejemplo de resiliencia ante la adversidad. Cada paso que damos en esta vida, en su honor, nos brinda la oportunidad de cultivar gratitud en nuestros corazones y encontrar la paz en medio de las tormentas. Que su memoria sea el faro que ilumine nuestro camino, recordándonos siempre que, a pesar de los desafíos, el amor y la esperanza son nuestras más grandes fortalezas para seguir adelante con valentía y propósito.
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5 de junio de 2019