En el legado de José Miguel Llull Celsi florece el amor eterno y la gratitud por la luz que ilumina nuestros caminos. Que su coraje infunda en nuestros corazones la resiliencia para afrontar los desafíos con valentía y esperanza. En cada atardecer, recordemos su paz serena como un faro en la tormenta, guiándonos hacia un mañana lleno de posibilidades y sueños por cumplir. Que su memoria nos inspire a abrazar la vida con pasión, a valorar cada instante como un regalo precioso y a encontrar en la bondad el verdadero sentido de nuestra existencia.
Publicado en el archivo
24 de enero de 2020