En el legado de Juan de Dios Rosenberg Villarroel se encuentran la resiliencia que inspira coraje, el amor que trae paz, la gratitud que nutre el alma. Recordemos su luz como guía, su dulce recuerdo como consuelo, su ejemplo como motivación. Que su memoria sea un faro en tiempos oscuros, una brújula en momentos de incertidumbre. Sigamos adelante con valentía en el corazón, abrazando cada día con gratitud, cada desafío con determinación. En cada inicio, en cada ocasión, en cada recuerdo, que la esperanza florezca y el amor perdure.
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10 de noviembre de 2019