En el legado de Juan Enrique De La Fuente Martínez encontramos un tesoro de amor y gratitud, una llama de coraje y resiliencia que sigue iluminando nuestros corazones. Su memoria nos invita a abrazar la vida con valentía, a caminar con la certeza de que la paz nos aguarda en cada amanecer. Que su ejemplo nos inspire a cultivar la esperanza en tiempos de tribulación, a sostener la mano del prójimo con compasión y a sembrar semillas de bondad en nuestro camino. En cada latido, en cada suspiro, su espíritu perdura, recordándonos que el amor es eterno.
Publicado en el archivo
29 de junio de 2019