En el legado de Juan Olea Campos encontramos la fuerza del amor que inspira coraje, la resiliencia que forja gratitud, y la paz que alimenta la esperanza. Que su memoria nos guíe en momentos de sombra, recordándonos que en la adversidad florecen las semillas de la valentía y la bondad. Respiremos profundo, abracemos con ternura los recuerdos compartidos y caminemos con paso firme hacia un mañana lleno de luz y propósito. Que el amor que sembró en cada corazón sea el faro que ilumine nuestro camino, recordándonos que el amor y la esperanza son eternos.
Publicado en el archivo
14 de septiembre de 2019