Con el amor como guía, recordemos a Lautaro con gratitud y coraje, manteniendo viva la llama de la esperanza en nuestros corazones. Que su valentía nos inspire a perseverar con resiliencia ante las adversidades, buscando siempre la paz interior y el amor incondicional hacia nosotros mismos y los demás. Que cada amanecer sea un recordatorio de la belleza de la vida y de la fortaleza del espíritu humano. En su honor, sigamos adelante con determinación, sabiendo que en cada desafío hay una oportunidad para crecer y encontrar la luz en la oscuridad.
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10 de marzo de 2024