Que la luz del amor eterno que Lilian Marina Figueroa Barrera compartió durante su tiempo en la tierra siga brillando en nuestros corazones, recordándonos la importancia de abrazar cada día con coraje y gratitud. En su memoria, cultivemos la resiliencia necesaria para superar los desafíos, manteniendo viva la esperanza en nuestros corazones. Que la paz que ella encontró en su camino sea un recordatorio para todos nosotros de que, a pesar de las dificultades, el amor y la esperanza siempre prevalecerán. Que su espíritu siga guiándonos en nuestro viaje con luz y calor.
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3 de octubre de 2019