Que el amor que sembró Lindor Eduardo Pérez Calderón siga floreciendo en nuestros corazones, recordándonos la importancia de la gratitud y la resiliencia. Con coraje, superaremos la tristeza y encontraremos la paz en los momentos difíciles. Que su legado sea nuestro faro de esperanza, guiándonos hacia un futuro lleno de luz y amor. Recordemos siempre su bondad y generosidad, y sigamos adelante con valentía, sabiendo que su espíritu vive en cada acto de amor que compartimos. En su honor, sigamos abrazando la vida con gratitud y amor incondicional.
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11 de marzo de 2020