En el legado de Luis Alberto Schmidt Urzúa encontramos un canto a la resiliencia y al amor inquebrantable. Que su coraje nos inspire a abrazar cada amanecer con gratitud y valentía, recordando que la paz interior es un regalo precioso que merecemos cultivar día a día. En medio de la tempestad, permitámonos ser faros de luz y esperanza para quienes nos rodean, recordando que el amor es nuestro ancla más fuerte. Sigamos adelante con el corazón en alto, recordando que la vida nos invita a danzar con sus alegrías y desafíos con valentía y compasión.
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7 de mayo de 2024