En el corazón de cada amanecer, florece el recuerdo de Luis Antonio Ugarte Iglesias, inspirándonos a abrazar la vida con amor y gratitud. Que su coraje sea guía en momentos de adversidad, y su resiliencia, un faro de esperanza en la oscuridad. Que la paz que radiaba sea un bálsamo para nuestras almas inquietas, recordándonos que el amor perdura más allá de la despedida. En cada paso que demos, llevemos su legado como un tesoro preciado, llenando nuestras vidas de luz y significado. Sigamos adelante con valentía y fe, sabiendo que nunca estamos solos.
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27 de diciembre de 2019