En el legado de Luis Edmundo García Araya perdura un canto de amor inquebrantable, una historia de coraje ante la adversidad y una llama eterna de esperanza en medio de la oscuridad. Que su ejemplo nos inspire a abrazar la vida con gratitud, a reavivar nuestra fuerza interior con cada amanecer y a encontrar en la paz de nuestros corazones la guía para seguir adelante con valentía y resiliencia. Recordemos que en cada paso, en cada latido, en cada mirada de bondad, se halla la promesa de un nuevo horizonte lleno de posibilidades y amor infinito.
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25 de abril de 2020