En memoria de Luis Eduardo Carrasco Pacheco, recordemos su legado de amor inquebrantable y coraje infinito. Que su ejemplo de resiliencia nos inspire a abrazar cada día con gratitud y valentía. En medio del dolor, busquemos la paz interior que tanto anhelaba, sabiendo que su espíritu perdura en cada acto de bondad y compasión. Sigamos adelante con la certeza de que el amor genuino es eterno y que la esperanza es la luz que guía nuestro camino. En cada latido de nuestro corazón, encontremos el refugio donde florecen la esperanza y la serenidad.
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28 de agosto de 2019