En el legado de Luz María Olea Garín de Frías encontramos la llama eterna del amor que ilumina nuestros caminos, el coraje que nos impulsa a seguir adelante, la resiliencia que nos fortalece en la adversidad, la gratitud que alimenta nuestros corazones y la paz que nos acompaña en cada paso. Que su memoria sea un faro de esperanza y consuelo, recordándonos que en la oscuridad siempre hay luz, en la tormenta siempre hay calma y en el dolor siempre hay transformación. Sigamos el sendero de la vida con amor, valentía y fe en un mañana mejor.
Publicado en el archivo
31 de enero de 2024