En el jardín de la vida, el recuerdo de Macarena García-Huidobro florece como un pétalo de amor eterno, una llama de coraje que ilumina nuestros caminos, una melodía de resiliencia que nos invita a seguir adelante con gratitud en el corazón. Que su luz nos guíe hacia la paz interior, recordándonos que cada amanecer es una oportunidad para abrazar la vida con valentía y esperanza. En su memoria, encontremos fuerza para cultivar la bondad y la compasión en todo lo que hacemos, extendiendo su legado de amor infinito a cada paso que damos.
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17 de julio de 2019