Que la luz del amor que María Alicia sembró en cada corazón perdure como un faro de esperanza en los momentos oscuros. Su coraje nos inspira a abrazar la vida con valentía y gratitud, recordando que la resiliencia es la fuerza que nos permite florecer incluso en los terrenos más áridos. En su memoria, aprendemos que la paz interior es un regalo preciado que debemos cultivar día a día. Que su legado nos guíe a través de los desafíos, recordándonos que el amor siempre prevalecerá, iluminando nuestro camino con su eterno resplandor.
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21 de junio de 2019