Que el amor que María Angélica sembró en este mundo perdure en nuestros corazones, recordándonos la importancia de la gratitud, la resiliencia y la paz interior. Su coraje y bondad nos inspiran a seguir adelante con esperanza, sabiendo que cada día es una oportunidad para amar, crecer y ser luz en la oscuridad. Que su memoria nos impulse a abrazar la vida con valentía y compasión, nutriendo el alma con los recuerdos felices y renovando la fe en un mañana lleno de posibilidades. Que su legado de amor perdure en cada uno de nosotros.
Publicado en el archivo
28 de julio de 2019