Que la luz del amor que María irradiaba siga guiando nuestros corazones, recordándonos la importancia del coraje y la gratitud en los momentos difíciles. Su resiliencia inspiradora nos enseña que la paz interior es posible incluso en medio de las tormentas. Sigamos adelante con esperanza y amor, honrando su memoria con cada paso que damos. Que su legado de amor perdure en nuestras vidas, recordándonos que incluso en la oscuridad más profunda, la luz de la esperanza brilla con fuerza. Que su espíritu nos guíe hacia un mañana lleno de amor y paz.
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4 de abril de 2020