En el legado de María Carolina Said Labán perdura un canto de amor eterno, una llama de coraje que ilumina nuestro camino, una fortaleza que inspira resiliencia en los corazones heridos, una lluvia de gratitud por cada instante de vida compartida. Que su memoria nos guíe hacia la paz interior, nutriendo nuestros sueños con esperanza renovada. En su nombre, recordemos que la vida es un regalo precioso que merece ser vivido con pasión y compasión hacia nosotros mismos y los demás. Que el amor y la gratitud sean siempre nuestro estandarte.
Publicado en el archivo
13 de abril de 2024