En cada amanecer, el recuerdo de María Cristina nos susurra amor infinito, coraje para afrontar desafíos, y resiliencia para seguir adelante con gratitud en el corazón. Su legado nos enseña que la paz se encuentra en aceptar lo inevitable, y que en cada despedida hay un nuevo comienzo lleno de esperanza. Que su luz guíe nuestros pasos y nos inspire a abrazar la vida con valentía, fortaleza y compasión. Permitamos que su memoria florezca en nuestros corazones, recordándonos siempre que el amor perdura más allá del tiempo y del espacio.
Publicado en el archivo
3 de marzo de 2020