En el legado de María Díaz vda. de Bejares, encontramos el abrazo eterno del amor, la fuerza del coraje ante la adversidad, la resiliencia que florece en tiempos difíciles, la gratitud por cada instante compartido y la paz que consuela los corazones afligidos. Que su recuerdo sea el faro que ilumine nuestros caminos, recordándonos que la vida es un regalo precioso que merece ser vivido con pasión y esperanza. Sigamos adelante, valorando cada sonrisa, cada lágrima, cada sueño, sabiendo que en cada nuevo amanecer reside la promesa de un mañana lleno de posibilidades.
Publicado en el archivo
2 de enero de 2020