En el corazón de MARÍA DEL CARMEN YÁÑEZ SOTELO perdura un legado de amor inquebrantable, coraje eterno y gratitud infinita. Que su luz ilumine el camino de quienes la recuerdan, fortaleciendo la resiliencia en tiempos de adversidad. En cada suspiro, en cada sonrisa, en cada lágrima, su espíritu vive, recordándonos que la paz interior es la fuerza que nos impulsa a seguir adelante con esperanza renovada. Que su memoria sea un bálsamo de consuelo y un faro de inspiración, guiándonos hacia un mañana lleno de amor y promesas por cumplir.
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23 de abril de 2024