En el legado de María Eugenia Baudet de Carbone perdura la luz del amor eterno, la fuerza del coraje infinito y la resiliencia ante las adversidades. Su espíritu nos enseña la gratitud por cada instante y la paz que se encuentra en el recuerdo de su ejemplo. Sigamos adelante con esperanza en nuestros corazones, nutriendo la llama de la vida con bondad y compasión. En cada paso que damos, en cada suspiro que tomamos, recordemos su legado y sintamos la inspiración de su alma noble guiándonos en el camino hacia un mañana lleno de promesas.
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6 de enero de 2020