En honor a María Eugenia De la Paz Armendáriz, recordemos que en cada amanecer se esconde un nuevo motivo para abrazar la vida con coraje y gratitud. Que su recuerdo sea luz que guíe nuestros pasos hacia un mañana lleno de esperanza y amor. En cada lágrima, descubrimos la fuerza de nuestra propia resiliencia, y en cada suspiro, la promesa de que la paz interior es posible. Que su legado nos inspire a cultivar la bondad en nuestros corazones, extendiendo un mensaje de luz y calma a quienes nos rodean. ¡Sigamos adelante con fe y amor inquebrantable!
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30 de noviembre de 2019