Que la luz del amor eterno de María Eugenia Gajardo Avaria ilumine nuestros corazones con coraje para afrontar los desafíos, con gratitud por los momentos compartidos y con resiliencia para seguir adelante. Que su memoria sea un faro de esperanza, recordándonos que el amor perdura más allá de la despedida. En cada suspiro, en cada sonrisa, en cada lágrima, encontremos la paz que ella irradiaba, inspirándonos a abrazar la vida con valentía y bondad. Que su legado de amor y esperanza nos guíe en el camino hacia un mañana lleno de luz y compasión.
Publicado en el archivo
12 de marzo de 2020