En la trama de la vida, María Isabel Fernández de Ricard tejía con amor y coraje cada hilo de su existencia, demostrando una resiliencia admirable. Que su legado sea un faro de esperanza, recordándonos la importancia de la gratitud y la paz en medio de las adversidades. Sigamos su ejemplo, abrazando con valentía cada desafío, sabiendo que en cada amanecer hay una oportunidad para encontrarnos con la luz. En la memoria de María Isabel, florezcan nuestros corazones con amor y fortaleza, recordando que en la oscuridad siempre habrá una estrella que guíe nuestro camino.
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11 de enero de 2020