En el legado de María Josefa Aparicio Ríos, encontramos la fortaleza para abrazar el amor incondicional, la valentía para enfrentar los desafíos con coraje, la resiliencia para superar las adversidades con gratitud y la paz interior para iluminar nuestro camino. Que su recuerdo nos inspire a seguir adelante con esperanza, recordando siempre que en cada experiencia, sea de alegría o de dolor, hay lecciones que nutren nuestro ser. Sigamos su ejemplo, irradiando bondad y compasión a nuestro alrededor, sabiendo que su luz perdura en nuestros corazones eternamente.
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3 de mayo de 2020