En memoria de María Lorenza Arriagada Rodríguez, su legado de amor y gratitud ilumina nuestros corazones con la esperanza de perseverar con coraje y resiliencia. Que en el recuerdo de sus días, encontremos la fortaleza para abrazar la vida con serenidad y apreciar cada instante con gratitud. Que su luz perdure en nuestras almas, recordándonos que el amor es eterno y que en la calma encontramos la paz. Que su presencia siga guiándonos en el camino, recordándonos que en la unión de nuestros corazones encontramos consuelo y fuerza para continuar.
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3 de febrero de 2020