Que la luz del amor que MARÍA LUISA FRANZOY DE PRIETO compartió ilumine nuestros caminos con coraje y fortaleza. Que su resiliencia nos inspire a enfrentar los desafíos con gratitud y esperanza en nuestros corazones. Recordemos su legado con paz interior, y sigamos adelante con determinación y bondad hacia nosotros mismos y los demás. Cada paso que demos estará impregnado de su espíritu generoso y su sonrisa eterna. En cada amanecer, encontremos la fuerza para seguir amando, creyendo y construyendo un futuro lleno de amor y esperanza.
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5 de marzo de 2024