En el sendero de la vida, recordemos con amor y gratitud a María Teresa, quien floreció con coraje y resiliencia. Que su luz nos inspire a abrazar cada día con valentía y generosidad, sintiendo paz en nuestros corazones. En los momentos de oscuridad, que su recuerdo nos guíe hacia la esperanza y la armonía. Que su legado de amor perdure en nuestras acciones y en nuestras palabras, recordándonos la belleza de vivir con propósito y compasión. En cada latido, en cada suspiro, encontremos la fuerza para seguir adelante con fe y serenidad.
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17 de junio de 2019