En el jardín de la vida, cada flor como María Teresa Valenzuela Hasenohr despliega su propia belleza única, recordándonos que en la diversidad reside la verdadera armonía. Que su legado de amor y gratitud florezca en nuestros corazones, impulsándonos a abrazar la resiliencia en momentos de adversidad. Con coraje y esperanza, sigamos tejiendo el tapiz de nuestras vidas, honrando su memoria a través de nuestros actos de bondad y compasión. Que en la dulce melodía del recuerdo encontremos la paz, sabiendo que su luz brillará siempre en el firmamento de nuestros recuerdos.
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17 de junio de 2019