En el legado de María Verónica Faraggi Wiehoff perdura un canto de amor eterno, un eco de coraje que despierta la resiliencia en el alma de quienes la recuerdan. Su luz brilla en cada corazón agradecido, guiando el camino con paz y serenidad. Que su memoria sea faro de esperanza, recordándonos que en la tempestad se encuentra la fuerza para renacer con humildad y nobleza. En cada amanecer, en cada suspiro, encontremos la fortaleza para continuar, honrando su espíritu con gratitud y valentía. ¡Que su amor perdure siempre en nuestra existencia!
Publicado en el archivo
1 de diciembre de 2019