Que la luz del amor eterno de Margarita María Fernández Grez ilumine nuestros corazones, infundiendo coraje en nuestros momentos de debilidad y resiliencia en nuestras luchas diarias. Recordemos con gratitud su legado de bondad y esperanza, y sigamos adelante con valentía, sabiendo que en cada amanecer hay una nueva oportunidad para abrazar la vida con paz y serenidad. Que su memoria nos inspire a vivir con pasión, a abrazar la belleza en lo cotidiano y a cultivar el amor incondicional en cada paso que damos. Que su luz perdure en nosotros, guiándonos en nuestro camino.
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22 de noviembre de 2019